48 HORAS MÁS CERCA DE LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA
"CON LA LIBERTAD CONQUISTADA
CON NUESTRAS PROPIAS MANOS"
[FMR Lunes 13/4/15] El viernes y sábado pasado se realizó la VII CUMBRE DE LAS AMÉRICAS en Panamá. Por la tensa situación entre los EE.UU. y los países al sur del Río Grande el recuerdo de la Cumbre realizada 10 años atrás en Mar del Plata se sintió más cercano que nunca.
La VII Cumbre de Las Américas realizada en Panamá con la presencia de la máxima autoridad de cada uno de los países que componen el continente americano -excepto Puerto Rico que por ser un estado asociado a EE.UU. no participa- se caracterizó por el marcado tono antiimperialista de gran parte de los presidentes. El decreto extemporáneo proferido desde Washington en contra de Venezuela ya se había topado con un frente de los países de la región que, pese a sus diferencias. reaccionaron conjuntamente. No sólo se trató de una respuesta formal e institucional. El atropello de un presidente norteamericano (a la vez muy debilitado en la pulseada interna con las corporaciones y los sectores republicanos como nunca antes se había visto) encontró la respuesta de los sectores populares que en el proceso de recuperación de la memoria de la lucha marcharon por toda la Patria Grande construyendo otro frente de defensa regional: la diplomacia de los pueblos.
Se realizó una nueva MARCHA PATRIÓTICA EN COLOMBIA, sosteniendo el valor estratégico de pacificar el país, único modo de desarticular al narcotráfico/paramilitar apoyado por las numerosas bases norteamericanas.
También en Caracas y otras ciudades de Venezuela organizaciones sociales, sindicatos, estudiantes marcharon pidiendo la derogación del decreto de Obama que señala a Venezuela como una amenaza.
Al igual que en Buenos Aires donde se realizó un ACAMPE ANTIMERIALISTA frente a la Embajada de EE.UU. en la Argentina.
LITO BORELLO - CARLOS AZNAREZ - BOLI LEZCANO
Y en Panamá, al paso de la Cumbre de los Pueblos, en paralelo a la Cumbre de los Presidentes, se recordó al atroz bombardeo al popular barrio del Chorrillo en 1989 a cargo de los aviones norteamericanos, so pretexto de capturar al entonces presidente Noriega. Allí la comisión de vecinos le acerco al Presidente Maduro una carta exigiendo a EE.UU. la reparación de los daños ocasionados.
En esta Cumbre por primera vez participó Cuba. Históricamente aislada por el siniestro bloqueo económico al que fue sometida por EE.UU. El presidente Raúl Castro expuso la historia de la isla. Habló de las conquistas de la revolución. Contó el valor de su pueblo para defender lo conquistado. En ese momento, visiblemente apasionado dejó de leer, levantó la mirada y con dignidad señaló: "¿País terrorista nosotros?... Sí, hemos hecho algunos actos de solidaridad con otros pueblos que pueden considerarse terroristas. Cuando estábamos acorralados, arrinconados y hostigados hasta el infinito solo había una alternativa: rendirse o luchar. Ustedes saben cuál fue la que escogimos. Con el apoyo de nuestro pueblo. ¿Quién puede pensar que nosotros vamos obligar a todo un pueblo para hacer un sacrificio como el que hizo el pueblo cubano para subsistir, para ayudar a otro pueblo?
Horas antes ese mismo pueblo heroico era nuevamente hostigado y provocado hasta el hartazgo en la mismísima Cumbre de los Pueblos en Panamá por mercenarios solventados por EE.UU. El objetivo: desprestigiar a la revolución cubana, a su pueblo y a sus dirigentes.
El pueblo de Nuestra América, sus gobiernos, revolucionarios y progresistas se encuentran en una carrera contra el reloj. El tiempo por ahora es el del capitalismo en su fase imperial: la velocidad de las transferencias financieras y de las comunicaciones de última generación. El tiempo sin historia, así lo señaló Obama: "productividad y competencia". Y a ese ritmo sólo ganan los poderosos. Así no hay pueblo ni planeta que aguante.
Pero en estos dos días quedó claro que esta vez el pueblo insiste en recuperar, entre otras cosas, la memoria. Persiste en organizarse y luchar. Logra así apartarse del canto de sirenas del neoliberalismo con sus espejitos de colores, ahora tecnológico, que nos arrojan a la desigualdad y a la miseria. Las organizaciones populares de Nuestra América junto a presidentes que se parecen a sus pueblos y toman como bandera sus luchas: así, sólo así, pueblo organizado y sus instituciones constituyen un poder capaz de luchar por un futuro digno.
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